Si usted es residente fiscal en España y posee bienes o derechos en el extranjero, es fundamental que conozca el Modelo 720. Esta declaración informativa, de carácter obligatorio, tiene como objetivo que la Agencia Tributaria esté al tanto de los activos que los contribuyentes mantienen fuera del país. El plazo para presentarla finaliza el próximo 31 de marzo de 2025. Desde su introducción en 2012, esta declaración ha sido objeto de controversia debido a las severas sanciones impuestas en caso de errores u omisiones. Aunque la normativa ha sido modificada tras las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, la obligación de informar sigue vigente y debe tomarse en serio para evitar problemas fiscales.
Esta declaración informativa tiene un carácter exclusivo de comunicación, es decir, no conlleva un pago de impuestos directo, sino que permite a la Agencia Tributaria tener un registro detallado de los bienes y derechos en el extranjero de los residentes fiscales en España. Como resultado, todos los residentes fiscales, tanto personas físicas como jurídicas, están obligados a presentar el Modelo 720 si el valor de sus activos en el extranjero supera los 50.000 euros en alguna de las categorías establecidas: cuentas bancarias, valores y participaciones en entidades, seguros de vida y bienes inmuebles.
Es importante destacar que la información declarada en este modelo no es equiparable a la declaración del Impuesto sobre el Patrimonio. Los valores declarados pueden incluir la totalidad de un bien, aunque el declarante solo sea titular de una parte, ya que la obligación se extiende también a apoderados, beneficiarios y titulares de derechos de disposición sobre activos en el extranjero. Además, el patrimonio en España no es relevante para esta obligación, y los mínimos exigidos para declarar en el Modelo 720 son inferiores a los umbrales de tributación del Impuesto sobre el Patrimonio, lo que puede generar confusión sobre su impacto real en la carga fiscal del contribuyente.
No todos los bienes y activos están sujetos a esta declaración. Algunos elementos, como los vehículos, yates, joyas, oro o dinero en efectivo no están incluidos en el Modelo 720. Sin embargo, en el caso de las criptomonedas, la Agencia Tributaria ha establecido un formulario específico, el Modelo 721, que debe ser utilizado para declarar estos activos si se encuentran depositados en plataformas extranjeras y superan los 50.000 euros al cierre del ejercicio fiscal.
Un aspecto que a menudo se pasa por alto es que la obligación de declarar no está vinculada a la edad del contribuyente. Si un menor de edad tiene bienes en el extranjero que cumplan con los criterios establecidos, deberá presentar la declaración, siempre que disponga de un Número de Identificación Fiscal (NIF).
Aunque las sanciones han sido suavizadas tras la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, no presentar el Modelo 720 o hacerlo incorrectamente sigue siendo arriesgado. En algunos casos, la Agencia Tributaria puede considerar los bienes no declarados ganancias patrimoniales no justificadas y someterlas a tributación, lo que puede derivar en costes fiscales inesperados para el contribuyente.
El Modelo 720 continúa siendo una herramienta clave en la estrategia de control fiscal del gobierno español. Para evitar errores y cumplir con la normativa de manera adecuada, lo más recomendable es contar con asesoramiento especializado. La correcta presentación de esta declaración no solo previene sanciones, sino que también permite una mejor organización de la información patrimonial, facilitando la gestión de futuras declaraciones fiscales y evitando complicaciones innecesarias.